La historia del uso del aceite de palma se remonta a más de 5000 años y en 1870 se convirtió en el principal artículo de exportación de muchos países de África occidental. Con los picos de demanda de aceite de palma en los años 90, la producción también aumentó. A nivel mundial, la producción de aceite de palma ha experimentado un crecimiento constante en las últimas cinco décadas. Entre 1995 y 2015, la producción anual aumentó de 15,2 millones de toneladas a 62,6 millones de toneladas. Para 2050, se espera que se cuadruplique, alcanzando los 240 millones de toneladas. Hoy, un poco más de 3 mil millones de personas en 150 países consumen productos que contienen aceite de palma. Y a nivel mundial, las personas terminan consumiendo un promedio de 8 kg de aceite de palma al año.
Hoy en día, el aceite de palma es uno de los aceites vegetales más comúnmente producidos y se puede encontrar en todo, desde pizzas y galletas congeladas hasta maquillaje, cremas corporales, jabones y detergentes, e incluso margarina y velas. Y esta creciente demanda y consumo de aceite de palma ha convertido a Indonesia en el principal centro de plantaciones de aceite de palma junto con Malasia y Nigeria.
El clima húmedo de los trópicos es la condición perfecta para que crezcan las palmas de aceite, lo que lleva a que vastas hectáreas de selva tropical sean arrasadas e incendiadas para hacer espacio para más plantaciones. La rápida expansión había creado estragos en Indonesia, el mayor productor mundial de aceite de palma, destruyendo las selvas tropicales y las tierras de cultivo, emitiendo grandes cantidades de carbono a la atmósfera y destruyendo los hábitats de muchas especies que están al borde del peligro.
El programa B30 del gobierno indonesio permite una mezcla del 30 % de aceite de palma en biodiésel; sin embargo, la política de importación de neumáticos de la Unión Europea, que reduce las importaciones de aceite de palma de Indonesia, ha empujado ahora al gobierno indonesio a introducir el programa ‘B40’ para 2022. Esto aumentará el mandato de mezcla de aceite de palma al 40% debido a los precios récord del aceite de palma y al menor consumo de combustible.
El creciente impulso para generar una demanda de aceite de palma había dado lugar a múltiples luchas en Indonesia. El conflicto entre las comunidades rurales y las empresas de aceite de palma, donde estas últimas están restringiendo sus derechos a la tierra mientras que otra fuente de conflicto radica en la violación regular de las normas estatales de derechos humanos.
Si bien las demandas de aceite de palma se han convertido en una montaña rusa en las últimas décadas, su plantación se considera una amenaza para la justicia social y la sostenibilidad ambiental.
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