Cualquier aceite de cocina, si se usa o calienta una y otra vez, cambia su composición química y lo hace cancerígeno (partículas que causan cáncer).
Además, recalentar el aceite de cocina deteriora su calidad, lo que resulta en varios problemas de salud como obesidad, problemas gástricos, que pueden causar un derrame cerebral e incluso afectar el hígado.